Figueiras, islas Cíes

Figueiras, islas Cíes

miércoles, 30 de julio de 2008

El Abismo de Helm

Estimados Camaradas me dispongo a relataros los hechos acaecidos en la conocida como Batalla del Abismo de Helm. Nombre que solo puede deberse a que allí ocurrió la batalla y no a lo que allí sucedió. Si el nombre mostrase lo que allí paso sería sin duda La Batalla de los Valientes Gritones. Pero bueno dejaré eso de poner nombre a los refinados elfos y yo os contaré lo que allí ocurrió porque solo los guerreros pueden narrar y comprender lo que realmente sucedió allí.

Tal y como os dije en mi último relato, partí con mi ejercito de 200 hombres al socorro de mi primo Aragorn. Mis hombres a los que apodan los gritones por sus feroces gritos previos a la batalla “MATA MATA MATA MATA MATA” mientras agitan su mano derecha, son una tropa de feroces guerreros curtidos por la toma de la mina del enano Milinko y como bien sabéis están comandados por mis generales: mi hermano Castillorn el joven, mi hermanastro Galigorn el semielfo, el bravo enano Milinko y las otrora trillizas Tholtin. En la cúspide del ejército me encuentro yo, Castillorn el Viejo futuro Rey de Covadonga cuando a mi primo se le quite esa mojigatería que tiene encima y acepte de una vez su destino en vez de dedicarse a gimotear por las esquinas como un elfo en celo.

Alcanzamos a mi primo en Edoras, ciudad principal de los Rohirrim. Dirigía a un largo peregrinaje de mujeres, niños, ancianos y algún que otro guerrero hacia el refugio de Helm. Está es un grandiosa fortaleza nunca tomada erguida por el noble pueblo de Rohan en Honor a Helm. Junto a mi primo iba Theoden, rey de Rohan (un viejo un tanto peculiar, con poca memoria pero bastante simpático, aunque no se porqué tengo un mal presentimiento sobre su futuro), el enano Gimli (un simpático enano o enana, porque un comentario suyo me hizo dudar sobre si los enanos son machos, hembras o depende del momento), el elfo Legolas (que no hizo más que confirmar mi teoría sobre los elfos: están las hembras y los quieren ser hembras ¿será que su destino es el inverso al de los ents?) y la dama Eowyn (una grácil y bella guerrera que sin duda cayó enamorada de mi bravo hermano nada mas verlo, pero vi que al igual que mi hermano es tímida así que tendré que echarles una mano).

Gandalf (ese simpático mago al que habíamos ayudado en Trabad, se ve que la bola que le recuperamos la vendió por mucho dinero porque ahora vestía mejores ropas y estaba mas aseado) había ido a buscar refuerzos (me pregunto yo para qué si con los que estábamos allí nos sobrábamos).

A mitad de camino a Helm nos vimos sorprendidos por un ataque de huargos. Una pequeña escaramuza con rivales muy inferiores pero que fue suficiente para que mi primo cayese (nunca mejor dicho). Con gran dolor por mi parte no tuve más remedio que añadir su destino a la losa que supone el mío. Pero yo no soy tan débil como Aragorn, si el destino te da un golpe yo le escupo y le devuelvo tantos golpes que no sabe ni de donde le vienen. Así que en vez de venirme abajo lo que hice fue mandar un emisario para avisar en Minas Tirith el Retorno del Rey.

Así que el resto del camino lo recorrimos con tristeza pero con el ánimo de vengarlo aniquilando a los Huruk que nos enviaba Saruman. Llegamos a Cuernavilla y estudiamos la defensa. La gente estaba desanimada porque creía que eramos menos y bla bla bla. Como podían pensar que esos miserables que nos enviaba el hechicero podían soñar con derrotar a mis Gritones. El rey de Rohan agradeció mi ayuda, como ya os dije era un hombre simpático y sin duda con sabiduría de rey. Poco después volvió mi primo. No estaba muerto. Ya decía yo que nadie de mi familia podía morir de manera tan tosca ante un rival tan débil. Yo me había olvidado del emisario pero como luego descubriríamos, el senescal de Gondor pensó que lo mandaba mi primo lo que lo puso en su contra. Si yo fuera el Heredero lo decapitaría sin dudarlo ni un segundo. Un vasallo que se revuelve contra su señor es la peor alimaña que existe. Ah también he de mencionar que un guerrero rohan, rendido ante mi talla de guerrero y líder decidió jurarme fidelidad. Cosa que yo agradecí incluyéndolo entre los gritones.

Finalmente llegó el enemigo y comenzó la batalla. El comienzo de la batalla sirvió para comprobar que los gritones son tan buenos arqueros como los mejores elfos (por cierto que un grupo de agraciadas arqueras elfas había tenido el valor que le faltaba a sus afeminados compañeros “masculinos”). Finalmente llegó el momento que todos estábamos esperando, cuando esos imbéciles medio orcos cayeron en mi trampa: pusieron escalas para que mis tropas pudiesen bajar y aniquilarlos en el cuerpo a cuerpo donde mi ejército no tiene rival en toda la Tierra Media. Ante mi atónita mirada, mi primo y el ejército de Rohan no vieron esa clara oportunidad de victoria (hay que decir que mi primo nunca destacó por su brillantez táctica). Así que allí bajamos, los únicos con suficiente valor para derrotar a esa carroña. Allí estuvimos, atravesando sus líneas durante varias horas hasta que el mago Saruman usando su magia reventó uno de los muros de la fortaleza. No se porque ví la desesperación en el rostro de mi primo y su afeminado compañero elfo, al fin y al cabo un pequeño fuego de artificio no le serviría de nada al mago y así sería mucho más fácil que el ejercito saliese de la fortaleza y rompiese las líneas enemigas. Una vez más la torpeza táctica de mi primo contuvo a los hombres en la fortaleza en vez de salir a reventar cabezas de Huruk. Hay nos quedamos una vez más los gritones, solos, fuera de la fortaleza. El combate se prolongó unas horas más. En este tiempo vi como el rohirrim que se había unido a los gritones caía tras una brava lucha en la que recibió un golpe en la cabeza. También vi como mi hermano siguió forjando la leyenda y en un acto de los que sólo se inspiran en el corazón de los más bravos guerreros derrotó a un fiero Huruk a pesar de tener los dos brazos y una pierna rota. Esta gesta inspiró a mi ejército que con un terrible grito de “MATA MATA MATA MATA MATA” enardeció todavía más su ataque. Ya se podía ver reflejado el rostro del miedo en los Huruk. En un golpe de fortuna el ejército Huruk propinó un golpe inesperado a mis tropas. Tras feroz lucha y llevarse a un buen puñado de Huruk, Narlomë cayó bajo los golpes del enemigo. En ese momento un ataque de cólera inundó el espíritu de Milinko (tenía fuertes vínculos con la elfa ya que habían estado presos juntos en Covadonga antes de que la rescatáramos del enemigo), tan pequeño como noble persiguió al cobarde Huruk por todo el campo de batalla hasta darle caza y vengar a la elfa como se merecía.

La batalla estaba respondiendo a lo esperado. Dos formidables ejércitos enfrentándose cara a cara. Sin duda estábamos escribiendo una página con letras de oro de la historia de la Tierra Media. El final de la batalla se acercaba, la resistencia Huruk no amantaría mucho más cuando de repente una inesperada noticia nos sacudió. Aragorn y Theoden deciden ordenar retirada y esconderse en el fortín. Puedo entenderlo de mi primo, como ya dije no es un brillante estratega y además siempre esta con ese complejo de victima. Seguro que se dejó aconsejar por ese medionena de elfo. Lo que ya no entendía era lo de Theoden, como ya dije me pareció un buen rey. Seguro que se dejo influir por mi primo. Pero yo no iba a aceptar semejante orden de tontos, al fin y al cabo mi primo no había reclamado aún su trono así que teóricamente aún no era mi Rey. Por tanto ordené a mis gritones lo más lógico: cargar contra el enemigo en vez de huir. Sin duda fue la decisión correcta ya que sorprendimos a todos. En este tiempo ocurrió algo curioso. Sufrí lo que se puede llamar un deja vu, vi como tres individuos de mi ejército prácticamente iguales morían de la misma manera en el mismo lugar. Sin duda se trataba de algún artificio de Saruman para distraer mi atención. Por cierto cabe destacar que el cobarde mago al igual que el Rey Brujo carecía de valor para enfrentarse a mí. Sería que Sauron les habría recomendado no enfrentarse a mi ira. Estoy deseando usar una Palantir para dejarle las cosas claras a ese cobarde.

Pero la batalla aún no había terminado. Aún quedaba un suceso trágico. Una muerte épica y heróica. El enano Milinko se unió en la desgracia a Narlomë. El destino a veces es singular, al igual que los encontramos juntos ahora se van juntos. Espero que desde la Cámara de Mandos nos den su fuerza para continuar con nuestra cruzada contra el mal. Por el contrario mi hermano y el rohirrim gritón, ambos ya restablecidos de sus heridas, volvieron a la carga.

Así llegamos al final de la batalla con la llegada de Gandalf y Comer con los refuerzos rohirrim que junto a los gritones dimos cuenta del ya mas que mermado ejército Huruk. En un intento de salvar un poco su imagen mi primo y Theoden se decidieron por fin a seguir mi ejemplo y cargar contra el enemigo, aunque claro ahora que la batalla estaba decidida no tenía merito ninguno.

Finalmente habíamos conseguido la victoria aunque pagando un alto precio: Narlomë, Milinko y 133 de mis gritones. Allí mismo hicimos una bella ceremonia en la que dimos homenaje a todos los gritones caídos. Así mismo decidí mis tres nuevos generales entre los que incluí al valeroso rohirrim gritón y a uno mis leales dunedain.

Gandalf ha partido hacia el sur para que Gondor ilumine las almenaras solicitando la ayuda de Rohan. Cuando esto ocurra Thoeden reunirá sus tropas en el Sagrario durante varios días y luego partirá hacia el sur para ayudar a Gondor o al menos eso esperamos Gandalf, Aragorn y yo.

Mientras esto ocurre los gritones no estaremos quietos, partiremos hacia Fangorn para ver si conseguimos negociar con Carbol que nos de un extraño bebedizo del que nos han hablado dos simpáticos hobbits con los que hemos trabado amistad en la celebración de la victoria. También aprovecharemos para forrajear y buscar alguna aventura. Dejaré un par de hombres para que nos avisen cuando se iluminen las almenaras.

2 comentarios:

Marcos dijo...

Snif! Todos lloramos la muerte de Milinko (en tan curiosas circunstancias)

Mr. Yzquierdo dijo...

Todos lamentamos la muerte de nuestros camaradas Milinko, Narlomë y los valientes Dúnedain del Norte.

Una visión ciertamente novedosa del combate, que por otra parte fue lo que fue: una escabechina!

Afortunadamente mi Castillorn "el joven" consiguió salir milagrosamente con vida de su "duelo de inútiles" porque he de reconocer que lo ví negro, pero que mú negro... Eso sí, no hay como llevar casco cuando vas a andar a cabezazos con un puñetero orco... es muy útil!

Comentar sólo que tienes unas cuantas faltas de "horticultura" sobre todo que Uruk es sin "H" y que el hijo de Theoden de Rohan no se llama Comer sino Éomer (en qué estarías pensando??) Y otra cosa, yo, como Castillorn "el joven" no percibí el interés de esa bella dama llamada Éowyn hacia mi persona... yo creo que más bien está colada por nuestro querido primo Aragorn... no sé qué las da!!

En fin, aguardamos impacientes al desenlace del relato que supongo que ya será con la Batalla de los Campos del Pelennor ante la ciudad blanca de Minas Tirith.

Por cierto: MATA, MATA, MATA, MATA, MATA, MATA...!!!! (aunque visto en el vídeo parezca otra cosa...)

Namárië!!