Figueiras, islas Cíes

Figueiras, islas Cíes

jueves, 29 de marzo de 2007

De los hoteles romanos...

Lo primero que debéis saber y, sobre todo, aceptar es que los hoteles en el "centro" de Roma son por norma general viejos, cutres y caros. Me refiero con lo de "centro" a la zona del casco urbano en el que se encuentran la mayor parte de los monumentos y puntos de interés (para los frikis del tomtom "PDIs") y a los que se puede llegar con cierta facilidad y rapidez, ya sea andando (preferiblemente a no ser que estéis muertos u os haga muy mal tiempo) o en el caótico transporte público (no si tenéis prisa...) Podréis encontrar alguno que no cumpla esas 3 características (los hay) pero tened en cuenta que serán aún más caros, siempre y cuando no seáis tan afortunados de encontrar la típica superoferta puntual (tipo "suite junior por cuatro chapas")

Las estrellas de los hoteles, pues, no las toméis como una referencia fiable (y aquí se puede generalizar para toda Italia) porque os aseguro que un 3* de allí no sería más que uno de 1* o una pensión normalita de aquí o que uno de 4* de allá no pase de ser uno de 3 muy normalito aquí. En esto los españoles estamos realmente mal acostumbrados. Y a los italianos se la suda bastante, si tú no vas ya irá otro, turistas para llenar sus cutrihoteles no les van a faltar eso seguro. No es culpa suya (o lo es sólo en parte) debería existir una legislación comunitaria en cuanto a la calidad y precio de los alojamientos y que las categorías fuesen comparables en comodidad y servicios en todos los paises de la U.E. De todas formas no creo que eso cambie en breve plazo así que iros haciendo a la idea antes de llegar.

Eso sí, es probable que el edificio que ocupa (o en el que está situado, porque es bastante normal que el hotel sea sólo un piso de todo el edificio con la recepción bien en el "piano terra" o bien en la altura que sea que ocupe) sea un edificio histórico y señorial. Hasta no es extraño que haya sido el antiguo palacete de una familia noble. Os sorprenderá la orgullosa fachada (sucia seguramente) testigo de pasados tiempos de gloria, quizá una bella escalinata de mármol o un artesonado de madera en los altos techos... Pero ahí se quedará todo, el interior del hotel estará viejo y descuidado. Aclaración importante: muchos hoteles no disponen de ascensor (son edificios antiguos, recordáis?) por lo que debéis aseguraros antes o ir preparados para subir el equipaje por las escaleras (lo que fastidia un poco por muy de mármol travertino que sean...)

Sabido esto os contaré mis experiencias en los hoteles en los que estuve alojado las dos veces que he visitado Roma. En ambas ocasiones (en mayo de 2005 y ahora, en marzo de 2007) he reservado por internet a través de la página web www.bookings.com que dispone de un montón de alternativas (con todo lo necesario para hacerse una idea: situación, fotos, precios, opiniones de anteriores huéspedes...) y he de reconocer que no tengo quejas al respecto, lo que me encontré era básicamente lo que esperaba. Supongo que habrá otras que sean más o igual de fiables pero no las conozco.

En el 2005 me fuí con mi hermano Salva a uno llamado Hotel California (que nada tenía que ver con la mítica canción de los Eagles) situado en la zona de Termini (la estación de trenes central de Roma) y en la que abundan los hoteles de medio pelo. Era un tres estrellas con la recepción y una diminuta cafetería/sala de desayuno (incluído eso sí aunque sólo lo aprovechamos uno de los tres días...) en el bajo y las habitaciones en un quinto piso al que se accedía a través de un ascensor del tipo de "Aquí no hay quien viva" como podréis comprobar por la fotografía. Ah! no se podía subir más que de dos en dos y no más de 250 kg (sí que hay que ser gordo...) Al subir vimos que había otros 2 ó 3 hoteles o pensiones igualmente cutrosas en otros pisos. La habitación en sí era diminuta con una cama de matrimonio y un espacio apenas suficiente como para pasar de un lado al otro. El baño era un trocito de la propia habitación cerrado con un tabique que no llegaba ni al techo y elevado unos centímetros del suelo del resto del cuarto, con lo mínimo: wc, pileta y un miniplato de ducha que ni siquiera era tal sino el propio suelo con un desagüe en medio (cutre, no?) Afortunadamente limpio estaba limpio y no vi que hubiera "vecinas cucas". Mención aparte merecen las toallas, ridículamente pequeñas y de tela de mantel que no secaban una mierda. Y qué creéis que costaba? Pues unos 105 € la noche! Lo que sí es que estaba a un paso de la estación, muy cerca de la Basílica de Santa María Maggiore y relativamente cercano a la de San Giovanni Latterano, cerca de la Piazza Repubblica, la Via Nazionale y otras calles principales y fácilmente comunicable con cualquier rincón por bus, metro o a patas.

Esta vez, como fuimos con mis padres, nos quedamos en otra zona algo más céntrica (en el barrio del Prati, en la margen derecha del Tíber) a escasos 15 minutos andando del Vaticano, 10 de la Piazza Navona o Pantheon... y no mucho más de la Fontana di Trevi, la Piazza di Spagna, Via del Corso o Piazza Venezia. O sea, ubicación excelente, cerquísima del Palacio de Justicia y casi enfrente del Ara Pacis. De hecho el nombre es Hotel Ara Pacis y está en la Via Vittorio Colonna, a continuación del Ponte Cavour. Tal como os adelanté antes, este hotel ocupaba (un piso, el tercero) un antiguo palacete decimonónico con una imponente escalera marmórea, no en vano había sido residencia de un duque por lo que ponía en un "opus sectile" (una especie de mosaico pero realizado con trozos más o menos grandes de piedras duras en lugar de por teselitas pequeñas) a la entrada con escudos de armas e inscripciones y toda la gaita. Por fuera el edificio aún conservaba gran parte de su esplendor aunque estaba algo descuidado. Tenía un ascensor que habían construído aprovechando un patio interior. La recepción era acogedora y medianamente aceptable, al lado de la sala donde se servía el desayuno (hasta las 10h) y de una sala de estar con prensa y sofás. Los pasillos daban pena, viejísimos es decir poco, con una moqueta desgastada y el papel de las paredes sucio y a medio despegarse... Las puertas de las habitaciones cutres y en las cerraduras costaba encajar la llave para abrir o cerrar. De todas formas la habitación era bastante amplia y tenía un baño completito y aseado, con toallas de verdad y todo (eso sí, había dos sobrecitos de gel de baño que no repusieron ningún día, suerte que llevamos de aquí, y dos pastillitas de jabón que se quedó en una después del primer día...) Como no, la cama era de matrimonio (¡¿?!) y eso que al hacer la reserva había puesto una doble y otra de matrimonio... En fin, el mal menor. Los desayunos no es que fueran muy variados ni extensos pero se comía bastante bien; cereales, pan de molde algo duro, croissants, mermelada y mantequilla (burro en italiano), agua fresca del grifo, zumos de polvos, un poco de fiambre... (lo suficiente como para tirar hasta la cena sin probar bocado si hacía falta...) No había colacao, ni nesquik y por lo visto el café era como agua sucia y la leche flojita. Pero no era problema, lo primero que hacías al salir era buscar un bareto, tomarte un capuccino como Dios manda y desayuno completado. A partir de ahí... a patear!! (porque Roma se presta a ello, así se conoce)


Situación de los dos hoteles referidos en Roma

P.D.: En cuanto al servicio éste suele ser aceptable, no excelente (por lo que pagas deberían hacerte una reverencia cada vez que pases por delante de ellos) pero sí aceptable. Los romanos no son un dechado de amabilidad pero son correctos en el trato e intentarán ayudar en lo que puedan. Eso sí, es probable que no hagan muchos esfuerzos por entenderos pero es algo inherente a ellos. Hay un dicho que los define a la perfección: "Tutto gli ne frega a tutti" (o algo así) que viene a significar que todo se la pela a todo el mundo, es la indolencia italiana...


(Continuará...)

3 comentarios:

Marcos dijo...

Me ha llevado un ratillo leerlo pero está genial!!!
Lo de los hoteles en Roma qué me vas a contar! Ana y yo estuvimos en un cutrehotel romano regentado por chinos!!! Cerca de la estación.
La verdad que Roma es otro mundo, hay que verlo para creerlo.
Muy interesante todo y muy completo.
A ver si alguien más se anima a postear, que es muy fácil, y en cuanto te aficcionas...

Mr. Yzquierdo dijo...

Sí, sí... es viciosillo... le coges gusto y te pones a escribir que no paras!! El próximo capítulo ya lo tengo en mente... probablemente empezaremos el "tour" por Roma adelante.
Sé que son un poco largos de leer pero espero que por lo menos os gusten. Ciao!!

Por cierto, lo del hotel regentado por chinos me ha hecho bastante coña... si los hoteles normales regentados por romanos son cutres no me quiero imaginar uno regentado por chinos... seguro que todo lo que hay dentro del hotel (e igual el propio edificio) son cosas compradas en un "todo-a-cien" chino je, je, je...

Sigamos así!

Marcos dijo...

Exactamente jeje, cómo lo sabes, los pasillos del hotel parecían un bazar chino llenos de cuadros de pájaros raros y otras cosas que nunca comprarías...